La volatilidad del mercado de valores y los grandes descensos en la cotización de algunas acciones en tan solo seis días de octubre, alertan a expertos sobre un nuevo suceso de cisne negro en Wall Street. Anuncian que existe un 0,06% de probabilidades de sufrir un suceso de estos como aquel lunes negro de 1987 o la crisis del 2008.
De acuerdo con un estudio realizado por Xavier Gabaix, profesor de economía y finanzas en Harvard, cada 150 años podrían haber correcciones del 22,6% en el mercado, y durante este tiempo no se experimentaría ninguna caída. Sin embargo, Gabaix indicó que las probabilidades de un cisne negro nunca son cero.
De esta manera, los expertos aseguraron que es importante prepararse para un evento como este o para cualquier otra corrección que se pueda presentar en el mercado, ya que, según estos es imposible predecir un cisne negro.
“Se deben prever cambios en la cartera para protegerse de un colapso, al igual que contrata un seguro contra incendios de su vivienda”, comentó Gabaix ante medios de comunicación.
¿Qué es un cisne negro en Wall Street?
Según Nassim Nicholas Taleb, un inversor de Wall Street retirado, un cisne negro es un evento que no se puede predecir. Es una situación que “está más allá de lo que se espera normalmente de una situación y tiene consecuencias potencialmente graves. Los sucesos de Cisne Negro se caracterizan por su extrema rareza, su impacto severo”.
Por ejemplo, analistas consideran a la crisis del covid-19 como un cisne negro. Las dos guerras mundiales, el derrumbe de la Unión Soviética, el impacto del internet y las crisis económicas de los años 1987 y 2008 son casos específicos de cisnes negros que han impactado a Wall Street.
¿Qué evitaría un colapso?
Ante la alerta, Gabaix destacó que aunque se realicen reformas o correcciones, esto no impediría que se presente un suceso de esta magnitud, pues al estar el mercado lleno de grandes inversores, y estos decidieran salirse simultáneamente, generarían un colapso inmediato.
“Incluso si se restringieran las operaciones en EE.UU., muchos de estos inversores podrían vender sus títulos en bolsas extranjeras donde cotizan muchos valores americanos. También pueden vender contratos de futuros sobre índices o mediante la compra de opciones de venta”, sugirió Gabaix.
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