Desde que inició todo el proceso de separación de Reino unido y la Unión Europea, por allá en el 2016, el país insular ha pasado por varias crisis económicas y desacuerdos internos acerca de cómo se manejará la economía británica de ahora en adelante. No obstante, una de las consecuencias del Brexit más drásticas sin duda alguna es la caída de la bolsa de Londres y, por consiguiente, muchas de las acciones de empresas británicas más relevantes para la economía inglesa.
Adicional a esto, la City londinense, que era la capital financiera oficial europea, dejó de serlo hace más de un mes. De hecho, exactamente el 1 de enero de este año terminó el periodo de transición del Brexit. La inminente salida de Gran Bretaña de la UE empezó a ejercer mucho peso en la estructura de la economía mundial, especialmente para la economía británica.
Oficialmente, Gran Bretaña no pertenece a la UE desde el pasado 1 de febrero de 2020, no obstante, desde 1 de enero del 2021, tampoco se rige por sus normativas y reglas.
Esto implica un súbito cambio en su reglamento comercial y de importaciones, pues su mercado externo se concentra en un 54% en exportaciones a países europeos, lo que se ve altamente afectado con los nuevos impuestos que se le imputan por ya no pertenecer a esta unión.
Para finales del 2020, el PIB británico fue la quinta economía más grande a nivel global, según los estudios del Fondo Monetario Internacional. Sin embargo, en los últimos meses, la economía inglesa ha ido cada vez más en declive desde que ya no es el epicentro financiero eurepeo y varias de las empresas importantes han decidido saltar afuera del imperio financiero británico.
¿Qué está haciendo el gobierno británico para solventar esta crisis?
El ministro de economía, Rishi Sunak, está pensando en proponer una reforma a la regulación financiera con el fin de volver más atractiva la City de Londres después de perder su prestigiosa posición como capital financiera; ideando formas de equilibrar estas pérdidas y potenciar nuevamente la bolsa londinense. De esta forma, se espera incentivar la incursión de empresas con potencial innovador en el mercado británico.
Otra de las más llamativas ideas del ministro consiste en suavizar las normas que regulan la implementación de las “acciones de clase dual”. Estas son un instrumento que facilita a los fundadores y altos ejecutivos a mantener el control de sus compañías a través de la adquisición de títulos con mayor influencia para el voto.
El objetivo final es modernizar el mercado británico, permitiendo así impulsar la posición del Reino Unido como destino internacional para empresas que tengan la intención de convertirse en cotizadas.