Pese a que la carne argentina es una de las más reconocidas y se ha convertido en insignia, este viernes se ha anunciado que el gobierno de ese país ha prohibido la exportación de este alimento durante un mes, como respuesta a la inflación que ya se encuentra en el 47,2% interanual, así como a la búsqueda de la disminución de los precios internos.
Esto se da luego de que en febrero del año pasado, se revelara que, durante el 2019, el país alcanzó el mayor número de exportaciones de carne vacuna en los últimos 50 años, con un aumento del 50,4%.
Por su parte, los ganaderos reaccionaron con una huelga de nueve días y declararon que estarían dispuestos a continuarla en caso de que no se presenten prontas soluciones.
De acuerdo con expertos, los trabajadores tienen gran desconfianza en este tipo de prohibiciones, pues en el 2006, cuando Néstor Kirchner era presidente y Alberto Fernández, el actual mandatario, era jefe de gabinete, se anunciaron restricciones en la exportación de carne por seis meses. No obstante, esto terminó prolongándose por 10 años.
Esto se suma al aumento de precio de la carne, luego de que se conociera que el costo en el mercado interno ha subido un 65% en el proceso inflacionario.
Esto ha impactado a los argentinos, debido a que, como señaló Emmanuel Lapetina, presidente del frigorífico La Peña, cuando los precios suben se genera una tensión en la población, que no quiere dejar de hacer sus característicos asados, pues lo consideran como parte de su cultura.
Teniendo en cuenta que Argentina es uno de los mayores productores y exportadores de carne del mundo, junto a Brasil, Australia e India, este hecho ha afectado su economía en varios aspectos, lo que podría tener repercusiones no solo en las materias primas como el ganado, sino en la cotización de la divisa oficial del país, el peso argentino (ARS) y de los índices del país latinoamericano.
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